miércoles, 11 de octubre de 2017

UN VIAJE AL CENTRO DE TODO


La historia que ahora de te voy a contar, quizás cambia tu perspectiva sobre algo de tu vida. No se qué será, pero te aseguro que algo se removerá en tu interior.

Cuando piensas en viajar, siempre piensas en ir a alguna parte, debes moverte de dónde estás, pero para viajar al centro de todo, es imprescindible no moverte del sitio donde estás.

Julia así lo comprendió cuando observó a su madre una tarde lluviosa de Octubre. 


Ella estaba sentada en un balancín frente a la ventana principal del comedor. A través de ella se veía cómo las plantas iban recobrando vitalidad mientras se alimentaban de la tierra mojada. Las piedras se iban empapando y los pájaros habían alzado el vuelo para resguardarse de la lluvia. Había en el aire un ambiente de paz y tranquilidad, sólo se escuchaba el ruido de las gotas estrellándose, sólo se olía el aroma a suelo mojado.

Julia se dio cuenta de que su madre sonreía, pero por su mirada, descubrió que su mente estaba muy lejos de aquí. Su cara, sus manos, su cuerpo, estaban relajados. Estuvo así durante un largo rato hasta que un enorme trueno  la sacó del estado en el que se encontraba.

Julia le preguntó inquieta a su madre qué le había sucedido en ese rato a lo que María, con la misma sonrisa que tenía antes, contestó que se encontraba en un estado de conciencia liberando fantasmas.
Por la cara que puso su hija, María se dio cuenta que no había entendido nada, así que le explicó en que consistió ese estado.

Todos tenemos fantasmas en nuestro interior, nuestra mente es muy traviesa y a veces nos juega malas pasadas en forma de pensamientos, pensamientos que pueden llevar a provocarnos la peor de las pesadillas. Así que hay veces que es imprescindible observar a la mente como si fuera la mente de otro y mirar todo lo que sucede  sin juzgarla, sin tratar de identificarse con ella y mucho menos sin identificarte con esos pensamientos. Solamente ves la obra de teatro, pero tu no participas en el espectáculo.

El don más maravilloso y que más suele ayudar a ser feliz, es desapegarte por completo de la mente y acallar las exigencias del ego.

Julia le preguntó a su madre, cómo ella podría iniciar ese viaje al centro de todo, a lo que María respondió: si inicias un viaje, no llegarás nunca, te pasarás la vida buscando porque tú ya estás en el centro de todas las cosas


El único movimiento que tienes que hacer, es hacia tu interior.