5 soluciones probadas y sencillas para decir NO sin que nadie se enfade (la cuarta es curiosa…)

¿Alguna vez has tenido que decir que NO y te has sentido culpable por hacerlo? ¿ Cuántas veces has querido decir que NO pero no has podido?

Debes saber que cada vez que digas que no, estarás aumentado tu autoestima.

Cuando quieres decir NO y dices NO, están siendo congruente contigo mismo, no estás accediendo a algo que no te interesa o no te agrada hacer, por eso mismo, este acto refuerza tu autoestima.

No tienes por qué complacer a todo el mundo, no eres una ONG.

Es posible que en tu vida diaria te cueste decir  NO cuando alguien te está pidiendo algo. No sabes muy bien cómo decírselo  para que no se enfade. No quieres poner en riesgo esa relación que os une. Temes lo que vaya a pensar de ti y acabas accediendo.

Muchas veces decimos que sí, por no afrontar  las consecuencias de decir que no.

Es importante  que seas impecable contigo mismo y que digas  NO cuando así lo consideres, sin remordimientos ni torturas posteriores. Sin miedo. Eso sí, debes ser asertivo en tu respuesta para no pisarte ni a ti ni a los de los demás.

Decir NO es más fácil de como lo pintan.  Las dificultades, sólo están en tu cabeza.  Pero es importante que aprendas a hacerlo de la mejor manera.

Debes tener presente que la otra persona no debería enfadarse, pero si lo hiciera, ya no depende de ti, sino de él y es algo que esa persona debería trabajarse.

Ahí van mis 5 soluciones para decir No:

1. Es importante que sepas que decir que NO, no es nada malo. Estás en todo tu derecho a decirlo y la otra persona debe aprender a respetarte. Debemos cambiar nuestro chip.

2. Ten muy claras tus prioridades. Conocer tus objetivos y prioridades te reforzará cuando tengas que dar el NO.

3. Haz que el proceso sea algo sencillo. No estés continuamente justificándote ni excusándote.  Simplemente di que no o como mucho, si quieres dar una pequeña explicación, que esta sea de carácter general.

4. Ofrece una alternativa. Es una buena opción para parar el golpe. Dejas a la otra persona pensando en la posible solución y probablemente se olvide de insistirte hasta la saciedad.

5. Se asertivo y no mientas. Utiliza  tu lenguaje no verbal. Ponte frente a la persona con una postura corporal cómoda. Muéstrate tranquila y relajada pero firme. Utiliza un tono de voz suave y  mantén el contacto visual. Y sobre todo no mientas. No des excusas que no sean verdad. Porque como debes saber, las mentiras tienen las patas muy cortas y además es un esfuerzo inútil que tengas que estar manteniendo esa mentira. Entrarás en un bucle de mentiras que no sabrás ni cómo salirte.

Debes saber que la otra persona también se mueve por un interés y en ese momento lo está anteponiendo al tuyo. Además es posible que utilice alguna técnica para presionarte cómo el chantaje, o que te hable o te trate de una manera agresiva (siempre hablando del tono de voz), pero esto en ningún caso debe intimidarte, simplemente está actuando así para conseguir su objetivo. Debes mantenerte firme y seguro de ti mismo y sobre todo, no perder lo papeles.

Por no acceder, no le quieres menos. No eres peor persona, ni le estás haciendo una putada.
Piensa que tienes una razón poderosa para decirle que no y no debes permitir que te manipulen.

No estás defraudando a nadie.

¿Y a tú? ¿Eres de los que sabes decir que no o de los que siempre acaban accediendo?
Comparte con nosotros tus experiencia, así podremos seguir aprendiendo!